Un completo relajo e indisciplina social fue lo que se vivió este fin de semana durante la reapertura de las playas en el municipio de Puerto Colombia, zona costera del departamento del Atlántico.

Pese a los controles adoptados desde la Alcaldía, fue la propia ciudadanía la que, en muchos casos, se apartó de las recomendaciones.

En la zona de playas se pudo comprobar fácilmente que algunos bañistas se dedicaron al licor y al ‘paseo de ollas’, esto último que no estaba permitido. 

Para nadie es un secreto que el consumo de licor en medio de estos espacios y dentro de una celebración como el de Amor y Amistad, es un principal factor de conflictos y riñas.

También, de manera irresponsable, hubo quienes decidieron utilizar la zona de playas para ‘parquear’ sus bicicletas, lo cual no dejaba de ser un peligro para el resto de bañistas.

Del mismo modo, se observó el paso de carromuleros dentro de las mismas playas y sin que sus ocupantes tampoco tuvieran la precaución de utilizar tapabocas.

Previendo este tipo de situaciones, el Alcalde Wilman Vargas dispuso un operativo interinstitucional para garantizar que en el sector turístico y sus playas se cumplieran las medidas de aforo y bioseguridad.

Sin embargo, desde el mismo momento en que se dio vía libre al disfrute, nuevamente, de estos espacios turísticos y de recreación, se notó una gran afluencia vehicular, muchos de los cuales no estaban cobijados por la medida del ‘pico y placa’ por lo cual fueron devueltos por las autoridades a sus lugares de origen.

En efecto, el Secretario de Tránsito y Transportes, Juan Manuel Meza Barraza, reportó que 483 vehículos ingresaron el día sábado, 173 devueltos y 7 comparendos fueron impuestos, dentro de los controles adoptados, con excepción de buses.

Durante los operativos desplegados, los Guías de Tránsito y Transportes, así como personal de salvavidas, Ejército y Policía Nacional, estuvieron atentos a cualquier hecho que pudiera alterar la seguridad de los visitantes.

Fue así como en el acceso por el CAI de Salgar y en uno de los puntos de más afluencia en Pradomar, el Ejército prestó apoyo en los controles, mientras que el Grupo Especial de Rescate de la Policía se mostró atento al llamado de salvavidas y operadores turísticos para controlar a quienes, ‘pasaditos de trago’ intentaran generar conflictos o riñas.

Todo ello indica que, en adelante, las autoridades de Puerto Colombia deberán ser más estrictas en los medidas y controles, teniendo en cuenta que, si bien está autorizado el uso de las playas, la pandemia del Covid-19 aún no ha pasado.